VIOLENCIA DE GENERO
La violencia es aquella
conducta que se realiza de manera consciente y adrede para generar algún tipo
de daño a la
víctima. Con origen en el latín violentĭa, la violencia
puede buscar dañar física o emocionalmente.
Género, por su parte, es un concepto con
varios usos. En esta oportunidad nos interesa destacar su significado como el
grupo de seres que comparten ciertas características.
- La violencia de género, por lo tanto, es la ejercida de un sexo hacia otro. La noción, por lo general, nombra a la violencia contra la mujer (es decir, los casos en los que la víctima pertenece al género femenino). En este sentido, también se utilizan las nociones de violencia doméstica, violencia de pareja y violencia machista.
En concreto podemos establecer que existen tres tipos
claramente diferenciados de lo que es la violencia de género. Así, en primer
lugar, se encuentra la llamada violencia física que es aquella en la que la
mujer es víctima de malos tratos que dejan huellas en su aspecto. Este sería el
caso de golpes, empujones, patadas, mordiscos o todos aquellos que son causados
por el agresor al hacer uso de sus manos o de objetos como pueden ser armas
blancas.
En segundo lugar, está la
conocida como violencia de género psicológica. Esta es la que tiene lugar
cuando el hombre ataca a la mujer mediante insultos, humillaciones, desprecios
o amenazas. De esta manera, la víctima es fruto de una manipulación que se
traduce en que ella se sienta despreciada, indefensa e incluso culpable de las
reacciones de su pareja.
En este sentido, hay que
exponer que dentro de este tipo de violencia no física podemos encontrar a su
vez dos clases claramente diferenciadas. Así, está la económica que es aquella
que se caracteriza porque el hombre intenta que la fémina no tenga acceso al
trabajo o al dinero familiar para que así dependa de él. Y luego está la social
que es la que utiliza el agresor para que su víctima se aísle de su entorno y
no tenga contactos con nadie que pueda abrirle los ojos y ver la situación en
la que se encuentra.
En tercer lugar, además de
la violencia de género física y psicológica, está la sexual. En este caso, el
hombre utiliza la coacción o a la amenaza para establecer relaciones sexuales
no deseadas por la mujer.
Cabe destacar que, en
muchas ocasiones, los casos de violencia familiar no suelen ser
denunciados ya que la víctima puede estar atemorizada por convivir con alguien
violento o incluso puede sentir vergüenza por la situación.
La violencia de género, de
todas formas, incluiría en su sentido más amplio al maltrato físico y emocional
que una mujer puede desplegar contra un hombre. La idea, en cambio, no
contemplaría los comportamientos violentos entre personas del mismo sexo.
Como la violencia contra
la mujer es un problema histórico y cultural, ciertas legislaciones contemplan
una discriminación positiva respecto
a este género, ya que se la protege sobre el hombre. Hay casos donde, incluso,
la violencia que ejerce una mujer sobre un hombre no es delito.
En 1999, la
Asamblea General de las ONU declaró al 25 de noviembre como Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha recuerda el
asesinato de las hermanas
Mirabal, tres activistas dominicanas.
VIOLENCIA SEXUAL
El término violencia sexual hace referencia al acto de coacción hacia una persona con el objeto de que lleve a cabo una determinada conducta sexual, por extensión, se consideran también como ejemplos de violencia sexual "los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y/o el lugar de trabajo."1 La violencia sexual se manifiesta con actos agresivos que mediante el uso de la fuerza física, psíquica o moral reducen a una persona a condiciones de inferioridad para imponer una conducta sexual en contra de su voluntad. Este es un acto que busca fundamentalmente someter el cuerpo y la voluntad de las personas.
CARACTERISTICAS Y VICTIMAS MAS FRECUENTES
Los casos más frecuentes de violencia sexual son ejercidos sobre niños (la pedofilia y el abuso sexual intrafamiliar) y la violación de mujeres.
El delincuente sexual lo puede ser en exclusiva (sobre todo en el caso de los pedófilos), pero también puede ir acompañado de otros perfiles delictivos, tal es el caso de robos, agresiones,maltrato físico, etc.
El agresor sexual no es necesariamente un desconocido para la víctima; en ocasiones es, precisamente, su cercanía cotidiana a la misma la que le ha facilitado un determinado grado de confianza que ha derivado en la imposición de una determinada relación.
En países con estadísticas fiables al respecto, las agresiones sexuales constituyen un porcentaje relativamente bajo de la violencia denunciada. No obstante, el carácter intrínseco de la violencia sexual sugiere la posibilidad de una violencia encubierta debido a actitudes de vergüenza o de temor a represalias por parte de la víctima.
La mayoría de las víctimas son mujeres y la mayoría de los agresores son hombres. Esta predominancia del agresor sexual masculino se debe a diversos factores:
- un mayor impulso sexual, derivado, en parte, por el aumento de testosterona en la sangre, que no puede ser inhibido debido a diversos factores. Sin embargo los estudios biológicos que indican, que tanto mujeres como hombres tienen testosterona, anulan este argumento. El impulso sexual es igual tanto en hombres como en mujeres y puede ser inhibido de igual forma por sujetos de uno u otro sexo.
- un mayor componente agresivo; biológicamente también se ha determinado que no existe relación entre sexo y agresividad, por lo que este componente agresivo es causado únicamente por la educación social y cultural que reciban los individuos.
- una mayor impronta de factores socio-culturales, como es el caso de las expectativas de su comportamiento como varón, que van asociadas a un impulso sexual fuerte, etc.
En el origen de la violencia sexual se encuentran, al menos, tres factores esenciales:
En primer lugar están los factores psicológicos: la imposibilidad de conseguir la excitación sexual sin el uso de la violencia; la falta de autocontrol; una autoestima deficitaria en lo sexual; la ausencia de empatía sexual, que puede llevar a una distorsión cognitiva que justifique su agresión (a ella le gusta, ella lo ha buscado, el sexo con niños es darles cariño...); algún trastorno de personalidad; una historia personal como víctima de abusos sexuales; etc. En el caso de las violaciones, por ejemplo, en muchas ocasiones más que el placer sexual es la necesidad de satisfacer necesidades de dominación, autoafirmación, competitividad o poder las que están en el origen de las mismas.
En segundo lugar están los factores sociales: el prestigio que da la violencia para ciertos individuos en determinados grupos sociales; la cosificación de la mujer a través de los medios de comunicación y lenguaje sexista; etc.
En tercer lugar están los factores situacionales: como el consumo de drogas y alcohol, y el contagio emocional de la vivencia grupal.
FEMINICIDIO
Feminicidio o femicidio es un neologismo creado a través de la traducción del vocablo inglés femicide y se refiere al asesinato de mujeres por razones de género.
El feminicidio entra en la esfera de la violencia contra la mujer, pero también toma otras formas. Aunque existen otros casos como una mala o falta de atención médica durante el embarazo o el parto que pueden acarrear la muerte de la madre. En algunos países como China e India, las estadísticas muestran un ratio de hombre a mujer de 120 hombres por cada 100 mujeres. Sumado al aborto selectivo, el femicidio también toma la forma de infanticidio, y la violencia en contra de la mujer en algún estado de su vida.
MICROMACHISMO
El micromachismo es una práctica de dominación y violencia masculina en la vida cotidiana. Comprende un amplio abanico de maniobras interpersonales y se señala como la base y caldo de cultivo de las demás formas de la violencia de género o violencia machista: maltrato psicológico, emocional, físico, sexual y económico. Se trataría además de prácticas legitimadas por el entorno social, en contraste con otras formas de violencia machista denunciadas y condenadas habitualmente.
En la pareja, se manifiestan como formas de presión de baja intensidad, con las que los varones intentan detentar el poder y conseguir beneficios, en todos o en algunos ámbitos de la relación:
- Imponer y mantener el dominio y su supuesta superioridad sobre la mujer
- Reafirmar o recuperar dicho dominio ante la mujer que se rebela
- Resistirse al aumento de poder personal o interpersonal de la mujer
- Aprovecharse de dichos poderes
- Aprovecharse del "trabajo cuidador" de la mujer
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